El amanecer se llenó de tinieblas.
En la mañana del 1 de octubre de 1878, el humo de las plantaciones, las casas y los centrales de azúcar oscureció el sol en la ciudad de Frederiksted, en St Croix, una colonia danesa en las actuales Islas Vírgenes estadounidenses.
Era el llamado "día trimestral", la única vez en el año que los esclavos liberados tres décadas antes podían negociar los salarios y "elegir" sus trabajos entre los cañaverales, los sembradíos de tabaco o la servidumbre doméstica.
Pero en esa ocasión, el también llamado "día de la libertad" se iluminó con antorchas.
Los antiguos esclavos se sublevaron contra el poder de Dinamarca en una de las rebeliones laborales más desconocidas y osadas que tuvieron lugar en las antiguas colonias europeas de América.