En bodegas improvisadas de pequeños y medianos agricultores de Córdoba están almacenadas 20 mil toneladas de maíz recogidas en la reciente cosecha y que no han podido ser comercializadas debido a los precios bajos que ofrecen los compradores.
Según los maiceros, en promedio una tonelada del cereal podría venderse en un millón de pesos para mantener un punto de equilibrio entre inversión y ganancia. Sin embargo los clientes ofrecen $800 mil, lo que constituye, según los productores en una pérdida desastrosa.
La zona del Bajo Sinú, comprendida entre los municipios de Lorica y Cotorra son las más afectadas con el represamiento desde principios de septiembre, cuando comenzó la recolección de la cosecha.
Eliecer Quintero, saca cuentas de la inversión para cosechar representadas en la compra de semillas, insumos, arrendamiento de tierra y contratación de mano de obra.
“Aquí compramos una bolsa equivalente a 60 mil semillas en $800 mil, pagamos por arrendamiento de una hectárea un millón de pesos y pagamos jornaleros por días; mientras tanto la tonelada la están comprando al mismo precio que compramos la semilla, entonces no hay ganancia sino pérdidas para los agricultores”, explicó Quintero.
Se queja de falta de garantías como el subsidio a la siembra, seguro para la cosecha y falta de garantías para comercialización ante la sobreoferta extranjera.
El Tratado de Libre Comercio ha acabado con nosotros, mientras otros países envían maíz a Colombia ellos van ganando al producto por las garantías que les dan sus gobiernos; mientras que nosotros no tenemos subsidio del gobierno, no tenemos aseguradora, no tenemos nada”, concluyó.
Elías López Cantero, quien lleva más de 20 años cultivando maíz, asegura que el mayor problema que tienen los agricultores locales es la sobreoferta del grano extranjero, el cual llega al país con precios por debajo del producto nacional.
“El gobierno debería autorizar consumir primero el producto nuestro para después importar maíz de otros países, estamos preocupados porque nuestra cosecha prácticamente no vale nada”, reclamó el agricultor.
El problema para los maiceros es que el producto lleva cerca de dos meses apilonado en condiciones poco favorables para su conservación, y esto podría desembocar en una descomposición del grano, aumentando los riesgos de pérdida.
“No tenemos dónde guardar la cosecha. Aquí la tenemos en carpas en el monte, y por culpa de la humedad y la lluvia se nos está dañando. Habrá que esperar que se acabe todo el maíz que importar para poder vender el nuestro”, comentó.
Hacen llamado al Gobierno Nacional
El representante a la Cámara Erasmo Zuleta, elevó el llamado al ministro de Agricultura Rodolfo Zea, para atender la problemática.
“Vamos a organizar una mesa de trabajo prontamente, en la que el señor Ministro llegará con anuncios importantes para los agricultores. Sabemos que el problema es mayúsculo y por eso estamos buscando las soluciones a corto y largo plazo”, explicó Zuleta.
La idea, según el congresista, es que el gobierno nacional traiga anuncios concretos de solución definitiva con garantías de siembra y comercialización para los productores regionales.
“Debemos conseguir que la industria nacional, que tiene como principal materia prima el maíz, compre la producción local a precios justos logrando de esta manera fortalecer este renglón de la economía”, remató Erasmo Zuleta.
A las voces de apoyo se sumó el secretario de Desarrollo Económico de Córdoba, Gabriel Calle, quien dijo que ya hizo contactos con Fenalce para impulsar la venta de al menos 5 mil toneladas de maíz.
También solicitó al gobierno nacional incentivos para secamiento y almacenaje.
“Estamos tratando de buscar una solución a este problema. En las próximas horas vendrá el presidente de la Junta Directiva de Fenalce y esperamos contar con el acompañamiento de los productores y concertar un documento que irá dirigido al Ministro de Agricultura solicitando acompañamiento“, manifestó el funcionario local.